Hace dos semanas empecé a cursar Música. Como mi titulo secundario no es de acá, antes de anotarme me tomaron un examen para determinar si estoy "academicamente aceptable" para un nivel universitario. El examen determino' que debía cursar Redacción, Matemáticas y GUST (College and Career Planning). Y esas materias son obligatorias antes de poder cursar cualquier cosa. Asi que me anote en Redacción, en GUST y en Piano, que es una de las que requiere el certificado en canto al que yo estoy aspirando.
Estoy feliz. El empezar a estudiar a mis casi 40 años y hacer lo que me apasiona me esta llenando de vida. La sangre fluye por mis venas de otra manera.
Hay una parábola, en la biblia, que siempre la tuve presente: la parábola de los talentos. En ella dice que Dios pone en tus manos un don, un regalo y que cuando llega el momento de rendir cuentas Dios te preguntara "que hiciste con el regalo que yo te di?" Los temerosos lo habrán guardado con recelo y se lo devolverán en las mismas condiciones en que lo recibieron, en cambio los productivos, lo habrán convertido, con sus manos y esfuerzo, en algo maravilloso.
Yo siempre supe que Dios me había dado el don de la música, y aunque aprendí a tocar la guitarra y he cantado siempre, tenia en el medio del pecho la necesidad de hacer de ese regalo algo mas. Hoy estoy dando el primer paso. No voy a convertirme en una cantante famosa (ni quiero hacerlo) pero estoy empezado a aprender a leer música y esa fue siempre mi "materia pendiente". Ahora se que cuando Dios me pregunte que hice con el oído musical que me dio, le voy a poder responder: Puedo leer música, puedo cantar siguiendo una partitura, y aprendí a no postergar ni reprimir mi esencia. Pero por sobre todas las cosas, aprendí a ser feliz y a contagiar felicidad a los que me rodean.
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Estoy feliz. El empezar a estudiar a mis casi 40 años y hacer lo que me apasiona me esta llenando de vida. La sangre fluye por mis venas de otra manera.
Hay una parábola, en la biblia, que siempre la tuve presente: la parábola de los talentos. En ella dice que Dios pone en tus manos un don, un regalo y que cuando llega el momento de rendir cuentas Dios te preguntara "que hiciste con el regalo que yo te di?" Los temerosos lo habrán guardado con recelo y se lo devolverán en las mismas condiciones en que lo recibieron, en cambio los productivos, lo habrán convertido, con sus manos y esfuerzo, en algo maravilloso.
Yo siempre supe que Dios me había dado el don de la música, y aunque aprendí a tocar la guitarra y he cantado siempre, tenia en el medio del pecho la necesidad de hacer de ese regalo algo mas. Hoy estoy dando el primer paso. No voy a convertirme en una cantante famosa (ni quiero hacerlo) pero estoy empezado a aprender a leer música y esa fue siempre mi "materia pendiente". Ahora se que cuando Dios me pregunte que hice con el oído musical que me dio, le voy a poder responder: Puedo leer música, puedo cantar siguiendo una partitura, y aprendí a no postergar ni reprimir mi esencia. Pero por sobre todas las cosas, aprendí a ser feliz y a contagiar felicidad a los que me rodean.
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